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Gloria Picón Duarte
Vueltas en la cama, sofocación, irritabilidad, despertares bruscos a todas horas de la noche, quejas como no poder dormir durante toda la noche son algunos de los síntomas de los trastornos del sueño.
El doctor Octavio Duarte Sotelo, especialista en medicina interna y neurología, señaló que el sueño es un evento fisiológico necesario para el ser humano, tan necesario como alimentarse y beber; sin embargo, muchas veces se ve afectado por algunos trastornos.
“El insomnio sicofisiológico ocurre por malos hábitos a la hora de dormir y una serie de creencias equivocadas acerca del sueño. El problema suele comenzar con un episodio de insomnio transitorio, precipitado por preocupaciones, cambios en el estilo de vida o circunstancias del medio ambiente que impiden dormir (ruidos, calor excesivo o superficies incómodas, entre otros)”, señaló Duarte.
Por su parte, la licenciada en sicología, Auxiliadora Castro, del Instituto de Climaterio y Menopausia, señaló que después de varios días en vela, como decimos comúnmente, algunas personas desarrollan un estado de inquietud interna a la hora de acostarse, lo cual no les permite tener un sueño reparador, ya que la persona ha creado un estado de ansiedad o incomodidad que genera incapacidad para conciliar el sueño.
Cabe mencionar que lo anterior puede generar un círculo vicioso, pues el insomnio genera ansiedad, dijo Castro.
La licenciada Castro dijo que dormir mal puede afectar el ánimo, y un ánimo decaído puede afectar el sueño, por lo cual es muy importante determinar si uno u otro factor (sueño o ánimo) inciden en provocar un problema de salud.
Según la licenciada Castro, los requerimientos del sueño varían de una persona a otra, ya que en la medida que vamos envejeciendo las necesidades de sueño van cambiando. Sin embargo, cuando se dan los trastornos es porque existe algún tipo de perturbación física o siquiátrica que provoca suficiente malestar o displacer.
Para el doctor Duarte, los principales trastornos del sueño son el insomnio, la hipersomnia y la parasomnia, siendo el más común el insomnio, el cual puede afectar aproximadamente a un 60 por ciento de la población y puede ser de tipo transitorio o crónico.
Cabe mencionar que el insomnio de tipo transitorio, generalmente se da en personas que tienen situaciones estresantes, pérdida de un familiar o un ser muy querido, enfermedades, preocupaciones laborales, etc. En cambio, el insomnio de tipo crónico se da cuando las personas pasan más de cuatro semanas sin poder dormir el tiempo requerido según su edad. Este tipo de insomnio también se da en personas que viven situaciones estresantes y que de alguna manera tienen preocupaciones permanentes que provocan una desestructuración de la arquitectura del sueño, de ahí que algunos inician a tomar algún tipo de fármaco, sin prescripción médica.
Una de las formas de detectar cuál es el tipo de trastorno que le está afectando su buen dormir es un estudio llamado polisomnografía, que permite a través de todas las variables del sueño, detectar cuáles son los trastornos que padece. En este se evalúa la respiración, la oxigenación, movimientos de pierna, estudio neurofisiológico, etc.
En cambio, los trastornos de la hipersomnia se dan en aquellas personas que duermen más de lo habitual, generalmente se da en adolescentes que duermen 12 horas, se levantan a comer y vuelven a dormir, además tienen algunas alteraciones conductuales y se masturban mucho.
La hipersomnia más frecuente es la que se da por apnea del sueño, lo cual se da más en personas obesas, roncadores y muchos son fumadores. Son pacientes que tienen durante la noche muchos despertares y es un familiar el que detecta el problema.
La parasomnia es un grupo de alteraciones del sueño donde se puede mencionar el sonambulismo, el terror nocturno, la enuresis (cuando se orinan en la cama), y el bruxismo (rechinar de dientes), trastorno que atribuían a la parasitosis, sin embargo, es un trastorno del sueño que produce efectos, alteraciones de articulación temporomandibular que produce dolor en la mandíbula, dolor de cabeza y desgaste en los dientes.
El doctor Duarte señaló que todos los trastornos antes mencionados tienen un componente hereditario. Otro trastorno del sueño es la parálisis del sueño, la cual se da cuando el paciente está dormido, pero consciente, es decir, desea despertar, mover una mano y no lo puede hacer, llevándolo a una situación angustiante.
¿QUÉ HACER?
“Los trastornos del sueño son muy frecuentes, sólo que la medicina del sueño es muy poco conocida en nuestro país. Lo importante es buscar la causa del trastorno del sueño y tratarla, recuerde que muchos de los padecimientos son factores heredados y que pueden tratarse; el sueño es necesario para consolidar los procesos de memoria y de aprendizaje”, señaló Duarte.
La licenciada Castro señaló que aunque la actividad física regula y mejora la calidad del sueño, los ejercicios vigorosos tres horas antes de dormir generan un estado de excitación interna que hace difícil conciliar el sueño. Por ello, los deportes fuertes deben ser realizados en la mañana o por la tarde, reservando para la noche actividades moderadas.
Lo que sí resulta de enorme ayuda son las técnicas de relajación que permiten eliminar las tensiones acumuladas durante el día de una manera saludable.
RECOMENDACIONES
Para que consiga tener un sueño reparador considere:
Estimulantes: café, té, bebidas cola, cocoa, chocolate, nicotina, alcohol y medicamentos que contengan cafeína.
Ejercicio físico: hacer ejercicio en forma regular ayuda a las personas a dormir mejor, sin embargo, depende de la hora del día en que se efectúe el ejercicio y el estado físico general del individuo.
Medio ambiente: una cama confortable y una pieza tranquila y oscura es el mejor ambiente para una buena noche de sueño.
Dieta: ingerir una comida abundante antes de irse a la cama puede interferir con el inicio del sueño y su mantenimiento durante la noche.
USO INDEBIDO DE FÁRMACOS
La automedicación puede provocarle serios trastornos
El efecto de las benzodeacepinas o tranquilizantes, puede causarle síndrome de abstinencia cuando lo deja de tomar después de largo tiempo, además de desmayos, temblores, agitación y degeneración de memoria.
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